¿Que quién pedirá la visa para los/as
colombianos/as en Europa?
¿Nos estará hablando Santos de un hombre
que entró al poder con mentiras, con falsas promesas de igualdad, apoyo y
progreso?
Con “regalos” como éste, nos queda claro
que los hilos y las telarañas que se tejen en la élite política son tan
fantásticos como el “Yo no haré lo que no llevo en mi programa” de Rajoy en su
campaña política antes de que los/as incautos/as votantes decidieran creer en
su acto de magia.
Con todo esto, no nos cabe la menor duda
de que las personas somos igual de crédulas en Europa y en América Latina; en
España Rajoy nos engañó maquillando todo su programa electoral y vendiéndonos
lo que queríamos oír; porque no hay nada más incongruente que ver a los
obreros, homosexuales o extranjeros votando al PP, partido de derechas,
conservador y elitista. Pero su poder de embelesamiento no se queda en las
fronteras del Antiguo Continente, sus palabras fraudulentas traspasan fronteras
y llegan a oídos ingenuos como los de un presidente colombiano que niega la
evidencia al decir: “El tal paro nacional agrario no existe”; como Zapatero
cuando decía: “No estamos en crisis” y la gente muriéndose de hambre…
¿Será que nos han dado alguna pócima en
el agua o habrán soltado algún virus de atontamiento en el ambiente para que
estemos tan idiotizados/as como estamos ahora?
¿Por qué no nos levantamos y recuperamos nuestras respectivas patrias
arrebatándole al clan político lo que nos están robando como a niños/as
chiquitos/as? Sé que se reúnen y se ríen de nosotros/as con la típica frase
utilizada por el Mr. Burns (los Simpsons): “Como quitarle un dulce a un niño”.
Nos engañan y miramos a otro lado. ¿Cómo
podemos quejarnos si hacemos la vista gorda?
Ya lo decía Maquiavelo: “El fin justifica
los medios”. Y, sin duda, el fin es el poder mismo envuelto en una gruesa capa
de dinero.
Adiós Estado de Bienestar, adiós
campesinos, adiós sanidad pública y adiós educación. Demasiadas despedidas para
un pueblo tan aletargado incapaz siquiera de llorar sus pérdidas.
Felicidades, Élite Política, cada uno se
merece un Óscar a la mejor actuación.
San tienes mucha razón y es un buen análisis el que haces de los engaños de estos actores. Pienso también que el problema o la magia de esta gente esta en la educación, la cual no está en función de lograr verdaderos electores, de hacer un buen ejercicio de democracia de modo que cuando lleguemos a la edad adulta tengamos conciencia para elegir. cuando hay elecciones, la gente vota por cualquiera, incluso el mismo día de la elección muchos preguntan a cualquiera por quien votar y por ese votan, o si durante la ultima semana de campaña les prometió cualquier cosa. Es una lástima que esa sea la democracia actual.
ResponderEliminarEl voto está sumido y rebajado a la falsa percepción de las palabras que salen con una estela de humo negro que tapa las verdaderas intenciones de los candidatos y, como somos tan perezosos, vagos y faltos de interés; no cuestionamos, ejecutamos.
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