lunes, 3 de noviembre de 2014

Sonrían y digan: ¡Dinero!. Perdón, perdón: ¡Patata!.



Una de las ventajas que tenemos al ver la televisión es que en los gestos, aunque sean muy estudiados, ensayados y asumidos, puedes percibir en el brillo de los ojos o en los labios apretados tipo piquito de pájaro de los presentadores de las noticias cuándo creen o no en la veracidad de lo que nos pretenden vender a través de las noticias de las 3 P.M mientras comes.
Podemos analizar movimientos de manos, narices arrugadas, voces desafinadas y entonaciones con descrédito… Todo ello junto, si prestamos atención, puede mostrarnos un mapa perfecto de las personas que tenemos en frente.
Pero luego nos encontramos con una foto como la de arriba y dices: -“¡retruécanos!” Y esto… ¿Cómo lo destripo para llegar a las verdaderas intenciones de quienes participan en esta colorida imagen? Habría que ser un experto para deducir que Aznar sin bigote pierde encanto y su sonrisa falsa queda desnuda ante las cámaras que no lo pillan en su mejor perfil. Tenemos ante nuestros ojos el árbol genealógico de la destrucción económica de la España actual: en el centro, Aznar y su sonrisa de Mona Lisa que se desbordó con tanto poder y vendió el suelo español para la construcción como si fueran chuches a la salida de un colegio; a la izquierda tenemos a nuestras cejas favoritas, cejas en constante sorpresa y con un vago pero acentuado parecido a Mr. Bean que llegó al poder de rebote y cuando la niña adolescente y malcriada que dejó Aznar tuvo que abortar por desnutrición estuvo agonizando en sus manos y sin saber qué hacer la dejó en manos de Rajoy, el sujeto a la derecha de la foto. Este hombre con unos labios con poco movimiento (como los de Aznar; quizá en la cúpula del PP se les enseña a no expresar mucho con la boca para no defecarla en un arrebato de humanidad, sinceridad o transparencia) le practicó respiración boca a boca a la España moribunda pero las clases de hieratismo que les inculcó el PP, como dijimos antes, impidieron que sus intentos dieran frutos y España murió por negligencia. Negligencia médica, escolar, económica, social y cultural. 
Cuando se le practicaba la autopsia a la Mujer asesinada por los 3 hombres de la foto, aparece en escena, en plan Salvador, un 4 personaje, Pablo Iglesias que, con ideas de revolucionario nos vende la idea de que España no está muerta porque se reencarnará en una hermana gemela que vive en Latinoamérica.
Ay… Si estos 4 hombres (y los miles de políticos más que tenemos que mantener con nuestros impuestos) bebieran el Suero de la Verdad, tanto cejas como labios lentos o coletas despeinadas confesarían las fechorías que conocemos pero que nos niegan y ocultan y las verdades que ni siquiera alcanzamos a imaginar y que son imposibles de reconocer a simple vista con apretones de manos cómplices y sonrisas etruscas.

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