Vivimos en una Era de Excesos. Nos excedemos comiendo
demasiado o dejando de comer o, peor, obligando a dejar de comer a otros. Nos
excedemos comprando, gastando y pidiendo prestado a excesivos intereses bancarios.
Nos excedemos mostrando o dejando de mostrarnos, desnudando almas o tapándolas
hasta parecer que no existen para
equipararnos aún más a animales salvajes o, siendo benévolos, cuasi humanos
impulsados por las “cualidades” de moda: avaricia, egoísmo, consumismo,
hipocresía y superficialidad. Excesos.
Encontrar el punto zen, el centro, nuestro centro es una
tarea para valientes, para deportistas de élite que se dejan los brazos, las
piernas y todos los músculos de su cuerpo intentando no dejarse caer de la
cuerda floja que empuja para el lado estúpido o el lado demente de las cosas.
No sabemos, no nos enseñaron a mirar hacia dentro, a esculcarnos, removernos o
desaprendernos para volver a reconstruirnos; no nos enseñan a sentirnos porque
adecuaron nuestros ojos a mirar al frente. Pero no nos preocupemos, hay dos
optativas dentro de esa asignatura: mirar “Más allá de tu nariz” o “Más acá de
tu nariz”; la gran mayoría elige la segunda, es on line y puedes buscar en
Google las respuestas y, como trabajo de fin de clase, un 10 para el mejor
selfie. Y de ahí viene el astigmatismo y la miopía hacia el exterior y , peor
aún, la ceguera total interna, del yo y
mis circunstancias.
Sin duda, todo exceso es malo. Y si no, que se lo digan al
PP, tiene exceso de promesas incumplidas
y de dinero B; o al PSOE, exceso de confianza nacida del error de su clan
enemigo o Podemos, exceso de euforia y un sobredosis de éxtasis del malo. Y
nosotros… Terco, acomodado y malnutrido pueblo tenemos exceso de necesidades
innecesarias; vendemos nuestra integridad, derechos y conciencia al mejor
postor y al más listo mercader que primero nos envenena para, después,
vendernos el antídoto a precio de oro con incrustaciones de ignorancia, eso sí,
valiosísimo en nuestra apacible Era actual.
Sean bienvenidos, en esta Era de Excesos hay sitio de sobra
para todos.